Carlota

LOS NERVIOS DEL VIAJE


Hermana


Maná,unicornia,comida,guapa,felices.

Un día me enteré de que Maná, un cantante famoso, venía de concierto a mi ciudad. Como me gustaba tanto ese cantante, fui a verlo, me fui con mis amigas a las que también les gustaba. Fuimos las cuatro, yo tenía un poco de hambre así que me fui a por algo de comida. Allí me fije en una persona que iba disfrazada de unicornia, era muy guapa, decidí hablarle y a partir de ese día quedamos y ahora somos muy felices siendo amigas.


HACER LAS MALETAS

Manzana

Un día, en primavera una pobre manzana se cayó del árbol, ya que nadie las cogía. Una amable mariposa a la que no le gustaban las manzanas, simplemente iba a verlas y hablaba con ellas, se reían, se divertían hasta que un día la mariposa no fue, la manzana se preocupó, pero pensó que se podría haber despistado, se la había olvidado o tenía que hacer algo. El siguiente día tampoco fue, la manzana se empezó a preocupar; pero ella siguió pensando que podría estar haciendo sus cosas, entonces llegó el tercer día que no fue. La manzana se preocupó mucho, las amigas de la mariposa fueron a ver a la manzana, a decirle que la mariposa había fallecido.

La manzana estaba muy triste, pero decidió que tenía que dar una oportunidad a la vida y se hizo una nueva amiga. De momento a la mariposa no le pasó nada, iba a pasar; pero, como todo en esta vida, se tiene que acabar.


Blancanieves
Y el Enanito


Yo estaba un día tan tranquilo trabajando en la mina y ya era la hora de volver a casa a comer. Por el camino íbamos tan tranquilos cantando, hablando...

De repente llegamos a casa y todo estaba descolocado, se habían comido nuestra sopa. Subimos arriba a las camas para cambiarnos y de repente vimos a una chica dormida, sus pies sobresalían de la cama (ya que nosotros somos enanitos la cama se le quedaba pequeña)

La despertamos y se quedó bastante sorprendida. Nos contó que una malvada reina la perseguía y necesitaba una casa. Nosotros aceptamos, ya que, si ella necesitaba un refugio, nosotros no teníamos problema, pero ella debía hacer algunas tareas domésticas, como limpiar, barrer, fregar...

Al día siguiente, llegamos a casa para comer y nos la encontramos allí tirada en el suelo. Estuvimos un rato hablándole y haciendo varias cosas a ver si despertaba, pero nada, ella seguía allí tirada en el suelo, con los ojos cerrados, pálida, y no nos daba ninguna respuesta. Estábamos desesperados, pero tras una largo rato pensando, decidimos que, ya que no se despertaba, la meteríamos en un ataúd y la velaríamos en el bosque.

Ya estábamos allí con ella de cuerpo presente, Gruñón estaba llorando, yo tenía ganas de hacerlo pero me aguanté. De repente, todos tristes empezamos a escuchar unos galopes de caballo. De repente un apuesto príncipe en su caballo vino y dijo:

- ¡Vengo a rescatar a la joven hermosa!

Todos estábamos alucinando y de repente el príncipe abrió el ataúd, se acercó a su boca, la besó y de repente Blancanieves lentamente abrió los ojos, Blancanieves estaba desorientada, nosotros estábamos muy muy contentos. Blancanieves sintió que debía ir con el príncipe, y así lo hizo, se montó en el caballo y se despidió.

Nosotros estábamos tristes, porque ya no la volveríamos a ver; pero teníamos que seguir con nuestras vidas, así que aceptamos que se había ido y nos volvimos a ir a la mina.


Sophy y Jack.

Cuento con perspectiva de género.  


LA ESPERA

LA VENTANILLA


Desde la ventana admiro

los animales que pastan

tan solos y sin nadie.


Sola admiro los animales

que solos están, pastando sin nadie

y observo que deberíamos aprender de ellos,

todos juntos sin peleas y sin sueños.


EL TRASBORDO

La goma


Allí estaba yo fabricándome con todos los ingredientes necesarios para hacerme, las máquinas funcionando...

Y allí estaba yo, empaquetada, con color rosa esperando a que alguien me utilizara.

Normalmente nos suelen llevar a bazares, kioscos, papelerías, pero esta vez me llevaron a un bazar especial, un bazar al que no habían ido mis amigas nunca, me resultó acogedor y calentito. Allí esperando a que me recogiesen. El día llegó, un niño pequeño me cogió y me dio a su madre para pagarme. Llegamos a casa, me sacó del envoltorio y me metió en el estuche. Al día siguiente presumía de su nueva goma y me utilizó. Yo estaba muy feliz, eso ha sido hace unos meses, y aquí estoy desgastada al fondo del estuche, esperando a gastarme.


LA POSTAL

Sonia Gara Arboleya Olivares
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar